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jueves, 11 de noviembre de 2010

1.2.1. ETAPA DEL AÑIL (1660- 1864)

El Xiquilite o añil. Los españoles y criollos asentados en la provincia salvadoreña iniciaron el cultivo extensivo, para la exportación comercial[1]. La producción y el ciclo comercial tuvieron dos etapas, la primera entre 1580-1620, donde las exportaciones de Añil reemplazaron las de Cacao; En la primera fase no hubo plantaciones organizadas la mayor parte de la producción quedaba en manos de los indígenas, quienes conocían el proceso y podían ser obligados a trabajar en él, se inicio bajo la Nueva Encomienda. La segunda etapa –se dio en las plantaciones de añil en las haciendas-, en primer lugar, se apropiaron, alquilaron o adquirieron tierra a lo largo de las tierras bajas del pacífico para cultivar añil, construyeron facilidades para extraer el tinte y se interesaron en los aspectos técnicos de la producción.
La opción de estar en el campo, intensificó la presión sobre la tierra, y por lo tanto, aumentó la supresión de las tierras realengas y de los pueblos de indios. Estas usurpaciones fueron legalizadas vía la “composición de tierras”, propiciado por la misma monarquía, necesitada de fondos.
“La composición de tierras fue especialmente importante en El Salvador por el cultivo de añil. Entre 1700-1734 se autorizaron más de 130 en la provincia San Salvador, San Miguel y San Vicente. En Sonsonate se autorizaron 85.”[2]

El añil se cultivo, a diferencia de cacao, en las propiedades privadas de los españoles, aunque también se cultivo en algunas propiedades comunales de los indios y en los predios de los poquiteros, los pequeños propietarios rurales.
“La extensión del cultivo del añil en el territorio salvadoreño empezó a las zonas costeras, luego en los suelos volcánicos de las laderas bajas, pero sobre todo en la tierra de barro y talpetate. Los lugares donde principalmente se expandió fueron: Cabañas, Chalatenango y norte de San Miguel.”[3]

La expansión del añil consolidó la propiedad privada[4], y se debe agregar la necesidad de la fuerza de trabajo, sobre todo en la época de cosecha de la hierba. Esta nueva faceta se  dio bajo el régimen de trabajo de El Nuevo Repartimiento de indios  y aunque secundario, debe destacarse el impulso a la contratación voluntaria en una relación  “salarial” aunque fuese ínfima la paga obtenida. Una de las contradicciones más importantes entre los hacendados y los peones de los Obrajes fue el salario de dos reales diarios que no siempre se abonaba en dinero sino en especie.

La consolidación de la hacienda añilera trajo consigo una despoblación[5]. Pueblos enteros fueron despojados de sus tierras comunales para dedicarlas casi exclusivamente al cultivo del añil y la ganadería; El cultivo de añil no requería mucha mano de obra, pero si en cuanto a su procesamiento en los obrajes donde la temporada del cultivo duraba 4 meses[6].  Las excesivas demandas de mano de obra de los hacendados fue la causa principal de que los indios fueran exterminados, el despoblamiento estaba causado no sólo por el Nuevo Repartimiento, en sí, sino por el trabajo en los obrajes del añil, muchos de los pueblos que se mencionan -en un informe de 1550- habían desaparecido alrededor de 1590 y casi todos los que quedaban se habían reducido drásticamente en la segunda mitad del siglo XVIII.
Según Macal, en “1550, 70 pueblos del Este de el actual El Salvador tenían una población total de casi 30,000 habitantes en 1590 quedaban 50 pueblos con una población total cercana a 8,300”; “Quezaltepeque, tenía 1,000 indios en 1550 y ninguno en 1740, Guazapa había sido un pueblo indígena con muchas tierras comunales, para el año 1740 se le describe como una aldea “indígena pequeña”.
Cabe ahora hacerse la pregunta ¿el añil fue uno de los orígenes de la acumulación originaria de capital?
El añil fue el elemento clave para la consolidación del hacienda, conformó la dependencia, cohesiono a una élite e incidió (siglo XIX) en el proceso de separación de los medios de producción de sus productores directos, por la vía violenta. Se expresa en la producción de añil entre 1772-1820, en el cual funcionó la sociedad de Añileros[7].

En 1830, hay una prehistoria de la acumulación: la violencia del despojo añilero fue tan drástica en ese periodo —sin mencionar los factores políticos-, que su respuesta no se hizo esperar: el levantamiento campesino en contra de la élite añilera de 1833.[8]

Los hacendados y comerciantes fueron los sectores hegemónicos que usufructuaron la Independencia -sin revolución- Republicana de Centroamérica, provenientes de los criollos y las capas medias altas; en el caso salvadoreño las capas medias altas con la bandera del liberalismo y el relativo control político y administrativo de la provincia, ensancharon y fomentaron su poder económico[9]. La nueva élite se empeñó en expandir su comercio con Inglaterra, fomentando así la apropiación del excedente económico por la vía del comercio, y la inserción con la nueva metrópoli (Inglaterra).

Luego de la independencia, se mantenía la estructura de tenencia de la tierra así: 1) propiedad comunitaria indígenas y propiedad comunitaria ladina; 2) propiedad ejidal, perteneciente al municipio, de la que una parte dábase en arrendamiento y la otra se concedía para usos comunales;3) tierras poseída exclusivamente por el sector hegemónico (hacendados latifundistas) y; 4) tierras de la iglesia siendo una extensión reducida. Esta distribución impacto en la configuración de la elite dominante ante la decadencia y crisis de la producción y comercialización de añil[10] y su afán de acrecentar su poder económico.

Se inicia una recomposición de la producción en El Salvador promoviéndose la diversificación agrícola con la introducción del algodón, el café, la caña, el tabaco y con el descubrimiento de minas de oro, estos nuevos ingresos contribuyeron también a la monetarización de la economía en la fase post-independencia, a la par de mecanismos externos como: el comercio exterior y los préstamos.


[1] El Cultivo del producto de tinte vegetal, destinado a la industria textil europea, se extendió en las zonas costeras del pacífico de Guatemala (zona de Escuintla), El Salvador (zonas bajas del norte y del sur) y Nicaragua (estrecho de Rivas). Cardenal, Rodolfo Op Cit. Pág. 128—134
[2] Flores Macal, Mario Op Cit.  Pág. 17 y siguientes.
[3] Flores Macal, Mario Op Cit.  Pág. 30 y siguientes.
[4] En el transcurso del siglo XVI y XVI, y alrededor del añil se inició la consolidación de la clase de los terratenientes. Las ganancias y los buenos precios del añil dieron cohesión y poder político.
[5]  Al quedar la tierra vacía, el latifundio comienzo su extensión, según Flores Macal, muchos comunidades del norte del país en donde estaba el reservorios añilero, habían dejado de existir. Esto explica en parte porque las haciendas vinieron ha ser el aglutinante de la población, ya que el 30% del total indígena y ladino vivían allí. Pág. 11--40.
[6] Flores Macal, señala que el obraje de añil en el caso salvadoreño, se realizaba mediante trabajo humano utilizando los pies  para macear la hierba al interior de las pilas. Proceso intenso que necesitaba mucho trabajo indígena.
[7] Entre las reformas Borbónicas habría  que aludir a la creación del gremio de productores pequeños y medianos de añileros de San Vicente, realizada por el capitán general Matías de Gálvez quien creó la Sociedad de Cosecheros de  Añil, el 6 de septiembre de 1782. Se creó un fondo para ser administrado por la sociedad con el fin de financiar la producción. Flores Macal, Mario  Op Cit. Pág. 36. Ver cuadros 8, 9 y graficas 1 y 2 en anexos.
[8] La sublevación es comandada por Anastasio Aquino “el Indio Aquino”, que levantó a los Nonualcos (poblaciones al Sureste de San Salvador), organizó un ejercito, libero un territorio, conquisto poblaciones incluida San Vicente de Lorenzana donde se cuenta se corono “rey de los Nonualcos” con la corona de San José de la  Iglesia del pilar de esa ciudad y puso en jaque al gobierno de Prado. Los motivos principales del alzamiento eran la explotación de la mano de obra indígena en las haciendas de Xiquilite y en los obrajes de Añil, en los excesivos tributos y las levas-reclutamiento- permanentes de los jóvenes indígenas para los ejércitos de los criollos, en los que morían sin sentido para ellos.
[9] Tras el período federal se inaugura una nueva etapa en la división territorial de El Salvador: la rápida creación de nuevos departamentos. A lo largo del tercer cuarto del siglo XIX (hasta 1875) se configura el mapa departamental actual, pasando de 5 departamentos grandes con un promedio de 4,200 km2 a 14 pequeños con un promedio de 1,500 km2. ver PNODT, Sistema Urbano y Poblamiento –poblaciones Ciudades Regiones y Demarcaciones.-2004 Pág. 35.
[10] Otros factores que contribuyeron a esa crisis fueron las mismas guerras civiles a causa de las contradicciones internas del sector hegemónico (criollos –conservadores y capas medias altas-liberales), y el hecho de que Inglaterra empezó a importar el añil de otras latitudes, agregado el bloqueo marítimo inglés a las costas del pacífico salvadoreño (1824-1844) y (1850-51). Consecuencia de todo ello fue la decadencia del cultivo que se acentuó en 1832-1850, cuando la producción cayó, hasta los años críticos de 1879 – 1882, cuando se descubrieron los productos sintéticos.

1.1. MODOS DE PRODUCCIÓN PRECAPITALISTAS (1525 – 1660)

Reconoceremos 3 fases de la conquista: La lucha armada, un medio para llegar al sometimiento económico, siendo la evangelización y la creación del gobierno un tercer momento de consolidación.

La conquista económica es equivalente al despojo de las fuentes de riqueza de los indios: apropiación de las tierras y sometimiento o esclavitud.[1] Esta creó inicialmente un estado de esclavización y tributación de los pueblos conquistados mediante dos instituciones, coloniales: La Encomienda y el Repartimiento , como lo señala Flores Macal[2] y Cardenal, en un periodo inicial que no sobrepasa  20 años (entre 1536 y 1542) la distribución de tierras y población era una practica virtualmente esclavista[3].

Luego se configuraron "las nuevas leyes"(1542) y los llamados "defensores de indios", se crearon para defender los intereses de la corona "sacarlos (a los indios) de la mano de conquistadores y convertirlos en tributarios del rey". Llevó la lucha entre conquistadores, colonos y sus descendientes con la corona española, a colocar al indígena en un plano intermedio de la servidumbre, se libraron de quedar como esclavos pero no pasaron a ser trabajadores libres[4].

Se crearon dos nuevas instituciones: La Nueva Encomienda, que era "una concesión, librada por el rey a favor de un español con merito de conquista y colonización, consistente en percibir los tributos de un conglomerado indígena…”. Y El Nuevo Repartimiento de indios, que era un "sistema que obligaba a los nativos a trabajar por temporadas en las haciendas, retornando con estricta regularidad a sus pueblos para trabajar en su propio sustento y en la producción de tributos"[5].

Para los planes de las nuevas leyes era imprescindible controlar a los indios: "los indígenas no podía pasar efectivamente a vasallos tributarios del rey, ni esté podía ceder parte de los tributos (Nueva Encomienda), ni sería posible suministrar a las haciendas periódicamente mano de obra indígena (Nuevo Repartimiento), mientras no hubiere centros de población perfectamente establecidos y controlados por autoridad”.  A toda ésta labor se le llamó, "Reducción de Indios"[6] o pueblos de indios.
“El pueblo de indios: era una concentración de fuerza de trabajo, controlada por los grupos dominantes disponible en tres formas diferentes: 1) gratuita forzosa; 2) semi-gratuita forzosa; y 3) asalariada muy barata. La ultima sin posibilidad de desplazar las otras dos formas.”

El resultado de las nuevas leyes en el caso “salvadoreño” fue el vasallaje tributario de los indios y la reducción (cotos poblacionales indígenas) que surgieron como formas de explotación-dominación[7].

La apropiación de los medios de producción, fundamentalmente la tierra y la fuerza de trabajo social indígena fue el problema concreto de la sociedad colonial.
El problema de la tierra tiene sus raíces en la organización económica de la colonia, siguiendo a Martínez Peláez, señala cinco principios que normarán la política agraria de aquel periodo histórico:
1)  El señorío, de la corona española con derecho de conquista sobre todas las tierras de las provincias conquistadas en su nombre.
2)  La tierra como aliciente, factor condicionante del latifundio en las colonias. Consistía en que el rey ofrecía y cedía una riqueza que no había poseído antes de momento de cederla -el ceder tierra e indios fue el principal aliciente empleado-.
3)  La tierra como fuente de ingresos para las cajas reales, bajo el procedimiento de la "composición de tierra", un procedimiento normalizado para apropiarse de la tierra.
4)  La preservación de las tierras de los indios, donde pudieran ser controlados, trabajar para sustentarse, para tributar, y para estar en condiciones de ir a trabajar  para otros. Un principio básico de la política agraria colonial.[8]
5)  El bloqueo agrario de los mestizos: la política de negación de tierras a los mestizos pobres, en constante aumento demográfico fue un factor que estimulo el crecimiento del latifundio.

El latifundio y las tierras comunales[9], eran las que realmente formaba el cuadro del agro colonial. A pesar que existió la propiedad rústica mediana y pequeña de indios ricos y ladinos, estas son fenómenos poco generalizados.

La tierra sin indios no valía nada, el gran valor de los indios como creadores de valor, aconsejaba la adquisición de grandes extensiones de tierra.[10] La ideología de los criollos, "el criollismo" reproducían prejuicios acerca de estos, la realidad histórica era otra[11]: el indio estaba obligado a acudir al trabajo de las haciendas y labores coloniales bajo la presión del sistema de repartimientos; el indio tenía que trabajar también para producir tributo al rey; y después de trabajar para los hacendados y para el rey- o los encomenderos-, el indio tenía que trabajar para sostenerse asimismo y a su familia. El indio es el trabajador de la tierra.

El problema de las epidemias, de las pestes de la viruela y de sarampión  causó estragos en los pueblos de indios[12]. La implantación colonial provocó una verdadera catástrofe demográfica: se estima que la población de “El Salvador” desciende de 130,000 a 60,000 habitantes en éste brevísimo periodo, y no pocos núcleos desaparecen.

El nivel de desarrollo de las fuerzas productivas se reflejaba en las técnicas que se pusieron en manos de los indios, que giraban entorno a la azada, el machete y el hacha y en menor proporción el uso del arado, con esa capacidad productiva, la explotación asalariada hubiera arrojado ganancias insignificantes, que no estimulaban ni consolidaban la colonización; el salario hubiera coexistido artificialmente junto a una capacidad productiva que correspondía a etapas de desarrollo económico anteriores al capitalismo más incipiente.

Los mestizos no formaron clases, sino capas[13]-- en cuyo seno maduraba eventualmente una clase social[14]-. En el campo se formaron núcleos rurales de gente mestiza y/o ladina[15], con gran importancia numérica que revelaba una capa media de mestizos pobres, trabajadores, segunda fuerza productora explotada después de los indios.[16]

El mestizaje configuro tres capas medias urbanas: la plebe, los artesanos y la capa media alta urbana. La plebe, hacía referencia exclusivamente su nivel de pobreza y a cierta conducta general que aparecía como propia de la gente, masa pobre de la ciudad. Los artesanos, a pesar de ser un sector de trabajadores definidos - e importantes- por rasgos comunes a todos los oficios[17] mostraban una falta de cohesión y unida. La gran mayoría de los trabajadores artesanales pertenecen a la plebe, es decir a la gente pobre o paupérrima de la ciudad. Un grupo reducido de artesanos acomodados integraba, junto a un grupo de proveedores no artesanales una capa media urbana de abastecedores acomodados. Las capas medias urbanas, caracterizada como pequeños propietarios explotadores de obreros y empleados de comercio, se incorporaron a la clase media alta, embrión débil de la pequeña burguesía.[18].

Gradualmente en la reproducción del esquema colonial, se van borrando los matices étnicos dentro del gran conjunto, pero comienza a ser evidentes las diferencias  de orden económico y social, tanto en el campo como en la ciudad.

El modo de producción colonial se afinco en la apropiación de la tierra y el sometimiento de la fuerza de trabajo social indígena y ladina, que se reprodujo, mediante un modelo de monocultivo de exportación dependiente[19]. El modelo integrado por el Cacao y el Bálsamo que desde el siglo XIII hasta el XVI (± 300 años) fueron los monocultivos iniciales.
El Cacao fue el primer producto agrícola de exportación, origen también de la primera gran crisis. 

En “El Salvador”, las plantaciones de los Izalcos, entre 1540 y 1550 fueron reconocidas como las más ricas de  la audiencia de Guatemala, y cobro mayor importancia con el proceso de conquista y cierre de las plantaciones principales[20]. Se cultivaba Cacao periféricamente en otras partes como Santa Ana, San Miguel, y el Valle del Jiboa.

La  explotación del cacao de los Izalcos se llevó a cabo bajo el régimen de la Nueva Encomienda. Fue tan intensa la explotación que en 1556, la mayoría de los habitantes nativos habían muerto. Se necesitaba más fuerza de trabajo, y debieron traer indígenas de otras regiones. Otro rasgo fue que los encomenderos y sus descendientes se enriquecieron extorsionando a los indígenas con el pretexto del tributo. Se impone la lógica que en la época de decadencia, esta afectaba en primacía a la población indígena.     En el caso de El Bálsamo, la demanda se difundió después de la conquista, pues se uso como ungüento, medicamento y cosmético, era común en Nueva España y Europa, lo mismo que el Cacao, los mercaderes españoles obtenían el Bálsamo de los indígenas mediante la Nueva Encomienda.


[1] La falsa superioridad española, nace de la inferioridad tecnológica y  cultural en general de los pueblos indios, en los primeros contactos en la lucha armada; el posterior sometimiento económico y conversión del indio--esclavitud y servidumbre-- en fuente de riqueza para el nuevo grupo dominante; y de allí la inferioridad general permanente, derivada de las condiciones a que quedaron reducidos los nativos.
[2] Flores Macal, Mario “Origen, desarrollo y crisis de las formas de dominación en El Salvador”. Ed. San José Costa Rica SECASA 1983 Pág. 11 y siguientes.
[3] Eran “exportados desde las regiones mas densas como Sonsonate, Escuintla, Choluteca, estrecho de Rivas y Nicoya con destino a Panamá, Antillas y Nueva España.
[4] En el caso “salvadoreño”, diremos que el 3 de noviembre de 1548 llego a San Salvador una delegación que convoco una audiencia donde debería asistir cuanto tuvieren esclavos, en tal audiencia se dio la libertad a estos a pesar de  la protesta de sus dueños y de sus justificaciones. Léase: Flores Macal, Mario Op Cit  Pág. 11.
[5] Martínez Peláez, Severo La Patria del Criollo” Ensayo de interpretación de la Realidad Colonial Guatemalteca. Editorial EDUCA octava edición 1981 Centroamérica. Pagina 93-103
[6] Se aplico la reducción en la diversidad de indios (pipiles y lencas generalmente), se busco erradicar  “los pajuiles y xacales”- Eran grupos de indios afuera del control colonial, clandestinos y prófugos de los poblados, que vivían en la montaña o terrenos aislados.-
[7] Flores Macal, Mario Op Cit.  Pág. 7 y siguientes.
[8] Permite comprender por qué la sociedad colonial exigía la existencia de  tierras en que los indígenas podían trabajar para sustentarse, para tributar, y para estar en condiciones de ir a trabajar en forma casi gratuita a las haciendas y labores y a otras empresas de los grupos dominantes. También incluía el interés económico de la monarquía; para que los indios permanecieran en sus pueblos, y fuera posible controlados para la tributación era indispensable que tuvieran ahí unas tierras suficientes para no ir a buscar a otra parte.
[9] Sobre las tierras de los pueblos de indios es necesario explicarlo un poco más, se puede distinguirse tres tipos de tierras de indios existentes: En primer lugar, aquellas llamadas "ejidos" , "ejidos o pastos" o "montes y pastajes": era la tierra indispensable y de uso común en los alrededor del pueblo para recolectar madera y otro material de construcción, madera y hojas secas para leña, espacio para exponer al aire y el sol hilos y telas y para soltar animales de propiedad particular. El segundo plano- y de mayor importancia- las tierras comunales, llamadas de muchas maneras: comunes, de comunidad, comunes de sementera, comunes de labranza y sementera.       El punto de partida de estas tierras fueron las que la corona les concedió a todos los pueblos en la época en que fueron creados -la época de las reducciones-.  Fue corriente llamar ejidos al conjunto de aquéllas tierras comunales, englobando las de sementera y las que eran los propiamente ejidos.
[10] El valor de una hacienda incluía su derecho a un número determinado indios de repartimiento.; también se compraban labores y haciendas con el objetivo de no cultivarlas para disponer de sus indios de repartimiento en los trabajos de otra empresa agrícola. Martínez Peláez, Severo Op Cit. Paginas 235 –247
[11] 1) los indios son  haraganes, no trabajan si no se les obliga; 2) los indios son inclinados al vicio y que aumentan entre ellos las borracheras-escándalo si no se les tiene ocupados con el trabajo obligatorio; 3) los indios no padecen pobreza, viven conformes y tranquilos.
[12] En conjeturas sobre las razones de la desaparición casi completa del cultivo del cacao y en la recolección de bálsamo en El Salvador, plantea que las epidemias de viruela, de sarampión, seguidas de una endemia de malaria y posiblemente de fiebre amarilla en las zonas bajas de la región, fue la causa principal de la disminución vertiginosa de la población. Browing, David. “El Salvador: la tierra y el hombre” Ed. DG. PP MINED. El Salvador 1973. Pág. 119.
[13] Una capa social-- diferenciándola de la clase social-- es un grupo numeroso de personas que, en una sociedad, presentan un nivel de riqueza o de pobreza semejante, pero que, debido que no desempeñan una función económica común y bien definida en el régimen de producción  y de propiedad, tampoco reconoce intereses económicos comunes ni reaccionan con solidaridad que es propia de las clases. Con la salvedad que en situaciones históricas determinadas, son arrastradas estas capas por las clases y puede actuar en una dirección bastante precisa. Martínez Peláez, Severo  Op Cit. Páginas 264-347.
[14] las clases sociales, si realmente lo son, se definen por su unidad de función económica y de intereses, que les son  esenciales, y no por su ubicación relativa a otros grupos La ubicación relativa puede emplearse como un elemento de definición de las capas como carentes de unidad funcional, y aún allí es insuficiente y requiere el señalamiento de otras características.
[15] Conjunto de personas que no eran indias ni españolas o criollos que incluye mestizos y negros.
[16] Los ladinos rurales aparecen en las haciendas, como “familias de asiento"; eran trabajadores agrícolas libres, desprovisto de tierra de cualquier otro medio de producción, y, en consecuencia, económicamente apresados y explotados, que trabajaban a cambio de usufructo de la tierra ajena que habitaban -sin llegar a ser trabajadores asalariados estrictamente- .
[17] Talleres pequeños, jerarquías de maestros, oficiales y aprendices, empleo de instrumentos relativamente simples y no otra fuerza que la humana.
[18]  La capa media alta no era exclusivamente una capa urbana, se prolongaba y completada en la capa media alta rural, de los pueblos, y estaban presente en donde hubiera propietarios de rango medio no colonial.
[19] La agricultura colonial, estaba compuesta por dos áreas: primero, la agricultura de subsistencia, esta producción material de medios de consumo era la base del trabajo indígena que soportaba la “Economía de exportación” o producción para el comercio, sin colocar los metales preciosos, esta producción era agrícola, por ello la concentración en productos primarios o sea minerales y vegetales básicos. En esta operaba un ciclo basado en un producto principal y otro secundario sujeto a la demanda de la metrópoli o del mercado europeo y luego a las provincias.
[20] Había plantaciones en las dos costas de la audiencia sin embargo la fuente principal de Cacao estuvo en la franja de los suelos volcánicos muy fértiles, a lo largo de la costa del pacifico, desde Tehuantepec hasta las llanuras noroccidentales y de las costas de Nicaragua hasta Nicoya.

1.2. ACUMULACIÓN ORIGINARIA DE CAPITAL (1660 - 1896)

Con la conquista y sometimiento de los pueblos originarios, la colonización española implanta la explotación, dominación y control de la nueva sociedad; Pero mas importante aun, implanta nuevas relaciones sociales de producción (la primacía de la propiedad privada, la apropiación “esclavista” del plus producto y excedente económico).

El excedente económico apropiado por los encomenderos y los comerciantes criollos y españoles con la explotación principalmente de la Nueva Encomienda aplicada a la producción y comercialización del Cacao sirvió de base en tiempos de crisis económica. Una vez agotada la veta cacaotera la élite señorial giro sus ojos en el Xiquilite, desplegando todo su esfuerzo en el monocultivo de ese arbusto.

1. IMPLANTACIÓN DE LAS RELACIONES CAPITALISTA EN EL SALVADOR

El quiebre histórico (1525-1896) y la conquista de los pueblos originarios tiene a su base dos ejes: primero, la superioridad tecnológica, la diferencia ideológica de la guerra, las actitudes divergentes de la significancia de la religión y el cosmo de la vida, la alianza militar con pueblos nativos no dominantes y las mortales epidemias ; Segundo, y más importante, la conquista no es solo un acto militar sino esencialmente un acto económico.

Es la implantación mediante la conquista económica y luego reproducción de las relaciones económicas entre los conquistadores (el rey y los expedicionarios) y los conquistados. La apropiación de la riqueza social y natural de los conquistados es el punto central y estructural de explicación.

LA IMPLANTACIÓN Y EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE EL MODO DE PRODUCCION CAPITALISTA SALVADOREÑO

LA IMPLANTACIÓN Y LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA
El ahora territorio de Centro América estaba conformado por el centro y suroeste de Honduras, el oriente de El Salvador y el norte de Nicaragua que fue habitada por pueblos diferentes que experimentaron influencias mesoamericanas (comercio, guerra y migraciones en gran escala). Según Cardenal* , La organización social que encontraron los conquistadores es compleja y distinguida por tres momentos históricos: la sociedades tribales o igualitarias, los cacicazgos y los reinos.

Según Flower** , el territorio del El Salvador estaba ocupado por grupos étnicos diversos, principalmente los Pipiles, los Mayas-chortis y los Lencas; Los mayas –pokomames ocupaban pequeñas zonas de territorio del occidente, mientras que pequeños enclaves de hablantes de Mague, Ulúas y Cacaopera habitaban zonas del oriente y nororiente. En esta región, había un gran número de Cacicazgos.

Al momento de la conquista, el territorio pipil salvadoreño estaba delimitado por los cursos de los ríos Lempa, al este y al norte; y el Paz al oeste. Las estimaciones de la población nativa en El Salvador, eran según Flowler en 1519 entre 700,000 y 800, 000 personas, con una densidad de población media de 33 a 38 habitantes por Km2, cuando Alvarado y su ejército invadieron el área (1524), esta población probablemente había sido reducida a unas 400,000 o 500,000 personas.

*Cardenal, Rodolfo “Manual de Historia Centroamericana”. 3° ed. Ed. UCA editores. El Salvador 2000. Pág. 18
** Flowler, William R “La Población nativa en El Salvador al momento de la conquista española” Revista la Universidad mayo-agosto de 1994, año CXIX N° 1 Pág. 5-26