Una radiografía de los ingresos respecto del total entre 1978-1983, muestra que los ingresos corrientes son el principal componente, por sobre los de capital, ya que en promedio generaron un 70.7% de estos.
Veamos de ejemplo el cuadro 40:
En cuanto a el peso de los impuestos directos, la renta proporcionaba mayor cuota (13.8 %) y un peso menor los impuesto de emergencia (4.1%); para los impuestos indirectos son los derechos de exportación (16.3%), al consumo (12%), a la importación (6.7%) los que configuran los ingresos del Estado. La estructura fiscal de ingresos se basada en el modelo agro exportador, donde los impuestos por comercio exterior sumaban el 23% de los ingresos del Estado.
El esqueleto de los ingresos en 1990 muestra ya cambios y recomposición. Los ingresos corriente (92.3%) son mayoría absoluta respecto de los de capital (0.29%) y aparece un desglose que denota las donaciones recibidas (7.4%). De los ingresos corrientes destaca los ingresos tributarios con mayor peso (83.01 %) que los no tributarios (9.23%)[1].
Entre 1991-1993 se gesta la contrarreforma fiscal, una nueva estructura tributaria de carácter regresivo, donde el impuesto sobre la renta sufre modificaciones, luego se elimina los impuestos al patrimonio y a las exportaciones, se disminuye y modifica los impuestos a las importaciones, se eliminan los impuestos por usos de servicios, los timbres fiscales y se crea el impuesto al valor agregado (IVA);de reciente data son los impuestos especiales como el FOVIAL y el aumento progresivo de las multas e impuestos especiales[2].
Los principales ingresos totales en promedio del Estado en el periodo 1990-2003, era compuesto así: El IVA con la mayor fuente de ingresos (35.8%), seguido del impuesto a la renta (22.6%), las importaciones (11.6%), las donaciones (7.4%), los impuestos al consumo (5.5%) y las multas y otros (5.2%)[3]. Los impuestos surgidos en la década de los noventa tienen un peso considerable, ya que si sumamos IVA, tasas y derechos, multas y otros registra un 42.4%, casi el doble de lo que representaban los impuestos al comercio exterior vistos anteriormente.
[3] Excluyendo los impuestos que han desaparecidos, hay algunas consideraciones particulares sobre el comportamiento de algunos impuestos como los aplicados al consumo que han disminuido (de 11.2% a 3.1%) sensiblemente. En el caso de las donaciones que pasaron de 19.6% a un modesto 3.4% es generalmente explicado por su carácter unilateral y temporal entre 1990-2003.
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