El saldo de la balanza comercial indicaba la parte la plusvalía convertida en ganancias o excedente económico que los grupos internos controlaban después de realizar sus gastos de reposición de los productos importados, es decir que las relaciones monetarias entre la economía salvadoreña y el sistema capitalista se expresaban en la balanza comercial, que mantuvo un saldo favorable entre 1901-1931.[1]
Los plantadores se apropiaban de la plusvalía de los trabajadores permanentes y temporarios, y los hacendados de los campesinos en las diversas formas de renta; esta plusvalía, plusproducto, ganancia, o excedente económico será distribuido entre los comerciantes y los productores de la mercancías producidas y el capital financiero, directamente o a través de la mediación del Estado.
La figura 2 muestra cómo la economía exportadora crea los centros de acumulación y la forma de canalizar parte de la plusvalía, ganancia o excedente económico hacia el extranjero.
Figura 2
Los flujos 1 representan el plus producto, canalizado del sector no capitalista al capitalista. En forma inmediata son los comerciantes de las plantaciones que reciben parte del plus producto, generado en el sector no capitalista.
Los flujos 2 son fuerza de trabajo que se transformaron en plusvalía en la plantación. Se incluyen para mostrar la interdependencia del sector capitalista y no capitalista a nivel de los procesos productivos si bien el sentido estricto no se trata de flujos de plusproducto. Los flujos 3 representan las ganancias comerciales de los grandes comerciantes. Ésta ganancia es parte de la plusvalía, ganancia o excedente económico generada por los sectores productivos.
Los flujos 4 representan la parte de los ingresos de las diferentes partes de la población que son retenidas por el Estado, que utiliza estos recursos en obras que favorecen la expansión cafetalera y transforman el presupuesto público en un mecanismo de redistribución que favorece al grupo de los plantadores.
Los flujos 5 y 6 aparecen como las formas directas de transferencia de plusvalía, ganancia o excedente económico generados en la economía salvadoreña hacia el centro del sistema capitalista.
La estructura de la propiedad en las plantaciones de café en 1940 mostraba el alto nivel de concentración de la propiedad: 15% de los propietarios poseían 80% de las tierras cafetaleras, en tanto que 40% del resto de los agricultores poseían 2.4% de las tierras[2].
Las tierras adecuadas a las plantaciones se concentraban y una de las razones de este proceso son los niveles altos de capital necesario para iniciar operaciones.
La mayor parte de la producción para la exportación era realizada dentro del sector capitalista. La reproducción del sector productor de café significa una presión creciente sobre el sector de subsistencia y los pequeños productores que ocupaban tierras adecuadas para la plantación del café.
Implicaba igualmente una mayor demanda de trabajo permanente y temporario para satisfacer las exigencias de la expansión del área cultivada; a su vez este proceso generaba una mayor demanda de alimentos del sector capitalista lo que llevaba a una mayor producción para el mercado por parte de estos y por tanto aumentaban los flujos monetarios dentro del economía. La reproducción expresaba igualmente un aumento de la importancia de las actividades del Estado.
[1] La necesidad de respaldar con metal precioso la emisión de moneda generaba en los períodos de mayor circulación (época de cosecha de café) estrangulamientos en el proceso económico, y encareciendo la moneda determinada que la burguesía cafetalera dejase de realizar parte de las ganancias. La solución encontrada, para mantener las ganancias, fue la reforma de 1919 que permitió los bancos emitir papel moneda con respaldo parcial, y permitir la circulación interna de dólares, avalada desde la creación de una tasa fija paritaria -2 colones por 1 dólar-.Ver cuadro 16 en anexos.
[2] Ver cuadro 17 en anexos.
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