domingo, 21 de noviembre de 2010

1.1.2.2.4.2. La capacidad real de adquisición de bienes y servicios:

Los salarios mínimos reales en promedios anuales base 1992 han caído, las tasas de variación son negativas, tanto las urbanas cono las rurales, con la salvedad que es mayor la brecha en el área rural. La perdida de la capacidad de compra limita la cobertura de la CBA, como queda señalado  entre el periodo 1978-1989, que el salario urbano se reduce 1,274.08 colones, para el caso rural 813.48 colones ambos en términos absolutos. Luego la pérdida es constante entre 1990 y 2003, en lo urbano de 50 colones y en lo rural de 89 colones. Ahora bien en términos relativos un colón de 1978 valía en 2003 solo 0.36 centavos en el área urbano; para el caso rural es mas profunda la diferencia ya que un colon de 1978 valía solo 0.29 centavos en el 2003.

En resumidas cuentas los salarios mínimos  urbanos como promedios anuales en términos reales han perdido capacidad de compra en un 63.6 % y en el caso rural un 71.5%[1].


[1] Ver graficas 30 y 31 en anexos.

1.1.2.2.4. LA CALIDAD DE VIDA

Este apartado es una aproximación a la conceptualización de calidad de vida que no se limita a estos indicadores, ni mucho menos se agota en lo que a variables explicativas se refiere.



1.1.1.1.1.1.Restricción presupuestaria y necesidades básicas[1].
Esta variable gira en torno a la interrogante ¿Qué cobertura para comprar la canasta básica alimentaria (CBA) se tiene con el salario obtenido?
La CBA rural muestra grandes aumentos constantes entre 1979-1996 ya que paso de ¢203.4 ha ¢934.48 colones, entre 1997-2003 el valor de está ha tendido a caer lo que es contradictorio con el precio de los bienes que componen la canasta[2]. De igual manera la CBA urbana ha presentado aumentos de ¢285 ha ¢1246.48 colones entre 1979-1998 quedando entre 1999-2003 en una tendencia a la baja, de ¢1,164.9 a ¢1,106.58 colones. Debemos recordar que la CBA es la base con la cual se mide el grado de pobreza.

Los salarios mínimos promedios anuales tanto los urbanos, (industria, comercio y servicios), como los rurales (tarifa agropecuaria general) pueden mostrar ciertas líneas de la política salarial adoptada de hecho; para los salarios urbanos, en el caótico periodo entre 1978-1984 hay un aumento significativo, no así para lo rural que luego de un leve aumento se estancan entre 1981-1985. Los aumentos del salario nominal son dados luego de periodos de años que permanecen congelados, en el caso de los urbanos los periodos de congelamiento salarial son menores que del rural entre 1989-1997. Para el periodo 1998-2003 esta política se endurece al punto que solo hay dos aumentos (2.86%  y 6.0%) para estar después congelada por 4 años[3].


[1] Promedios anuales de salarios mínimos  nominales y reales diferenciados por actividad económica y canasta básica alimentaria por zona geográfica.
[2] Por esta discrepancia lógica se recurre a dos explicaciones, uno que debido al empuje de las importaciones de bienes agrícolas ha descendido el precio de la CBA y otra que el instrumento de medición de los precios es obsoleto y debe ser modificado, esta segunda explicación también es complementado con los resultados observados en otras variables económicas como la producción agrícola y los precios agrícolas que discrepan con la baja del costo de la CBA,  con los precios registrados en el mercado de alimentos, la dolarización, así como también por los shock´s externos (alza precios del petróleo, terremotos,  y eventos climáticos) que impacta el coste de las mercancías, se toma con reserva los datos por estar subvalorados.
[3]Ver grafica 29 en anexos.

1.1.2.2.3.8. El sector financiero y el crédito a los sectores económicos.

Si tomamos los datos de PRISMA[1], en 1978 el destino de los créditos por sector económico estaba distribuido de la siguiente forma: Agropecuario 27%; manufactura 16%; construcción 13%; comercio 35%, servicios 2% y otros 10%. Se muestra como el peso de las ramas agropecuaria y de comercio eran equilibradas al incluirse la manufactura y la construcción,  la producción real era financiada.

En el periodo 1990-2003 la distribución del crédito por sector económico se ha modificado. Se aprecia como en 1991, un 21.4% del crédito para la rama agropecuaria cayó a un dramático 1.1% en 1997 que luego de unas reestructuraciones de prestamos, (consolidación de deudas) y del desastre del MICTH (1998) que aumento su participación (8.2%), pero en seguida el crédito disminuyo a menos de un 4%  en el 2003. De igual manera la industria manufacturera disminuyo de 28.4% a un 19.3% su participación en captación de créditos.
En el ultimo periodo de tiempo, al ponderar las ramas mas beneficiados por el destino del crédito se puede observar dos tendencias, el comercio como la rama que mas créditos capta (1997:43.8%), a pesar de su descenso hasta 29.5% en el 2003. La otra tendencia es el crecimiento sostenido del crédito a las ramas de servicios, siendo los créditos personales, de servicios y otras actividades los mas otorgados incluso que los de ramas vitales como la agricultura[2].


[1] Nelson Cuellar, Silvia de Larios y Herman Rosa. “Cambio Económico, Empleo y Pobreza Rural en El Salvador”. Documento de Trabajo PRISMA 2002. Pág. 10, Cuadro 5.
[2] Caso ejemplar es el año de 1997 donde la agricultura registro un 1.1%, lo de servicios 5.1%, prestamos personales 6.7% y otras actividades (8.1%), ver graficas 13,14 y 15 en anexo.